martes, 4 de enero de 2011

Año nuevo, vida nueva



¿Os acordáis de Narciso…? Aquel que en la mitología griega murió porque, se quería tanto a sí mismo que, quiso abrazar su reflejo en el agua y se ahogó.  Pues, nada comparado con Cheng Ching, una terapeuta de Taiwán, de 45 años, que se casó con ella misma, el día de Año nuevo, porque está enamorada de su propia persona. Y, no es la primera vez, que una mujer da un “si quiero”, en Taiwán (es la segunda). Ya sabéis, el amor es ciego. Esperemos que no cunda el ejemplo, por el bien de la humanidad.

Aunque, muchos de vosotros os estaréis preguntando, ahora mismo, que debió tomar Cheng el día de Nochevieja, lo cierto es que, fue una decisión pensada y meditada. De hecho, el enlace (no se. sí procede este término) se preparó con todo lujo y detalle. La actual señora Ching lució para su boda, un traje de novia blanco (sin comentarios), y fue al altar en limusina del brazo de su madre, para después disfrutar de un gran banquete nupcial. Y, aunque, en la noticia no se hace mención, imagino que también hubo noche de bodas y viaje de novia que, presumiblemente, estarían amenizados por juegos variados de “solitarios”.

Lo sorprendente de la noticia no es que, una persona se case consigo misma, sino que, una persona se quiera tal y como es. Porque ¿Cuántos/as pueden decir lo mismo…? Estamos rodeados de gente que no para de ir al gimnasio o al quirófano para corregir la nariz, los labios, las orejas, el entrecejo, los “michelines”, las “cartucheras”, los senos, el trasero, e incluso, los pelos que faltan o que sobran, en cualquier parte de nuestro cuerpo…Y, en los casos más críticos, hasta hablamos de anorexia o bulimia, enfermedades capaces de ocasionar la muerte a un ser humano. Algo muy serio. En cualquier caso, antes de empezar a querer a los demás, deberiamos comenzar queriéndonos a nosotros mismos, primero.

Lo que todavía desconozco es, si Cheng se casó porque “se le pasaba el arroz” o porque pensó que, es mejor estar sola que mal acompañada. Desde luego, en este tipo de matrimonios monoparentales, el divorcio no debería tener cabida, porque como dice el refrán: “Dos no discuten, si uno no quiere” y, discutir uno solo, aparte de ser muy aburrido, es peligroso, porque pueden pensar que se te ha ido la "olla". Personalmente, creo que, lo mejor de vivir con una pareja es compartir, aparte del cepillo de dientes, deseos, sentimientos y objetivos comunes, y lo que es más importante, saber que siempre tienes a tu lado a alguien, para lo bueno y para lo malo.

De todos modos, quiero felicitar a Cheng y darle mi enhorabuena, por su valiente decisión y desearle todo lo mejor para este año nuevo y para la nueva vida que acaba de comenzar.

Hasta la próxima reflexión.

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